De crítica

"Oponerse por principio a la opinión dominante, actuar siempre y sin excepción contra lo establecido, supone darle demasiado valor a la opinión dominante y establecida, rendirles un involuntario homenaje que probablemente no merecen. Equivale a claudicar ante su imperio, establecer un automatismo. (...) Quiza sea ésta una de las explicaciones de la tremenda penuria con que se formula la crítica en la sociedad actual y de la escasa rivalidad que tienen los poderosos. El sistema aprende mejor que sus críticos.

        Los sistemas se hacen inmunes frente a la crítica asumiéndola. No hay nada mejor para neutralizar una rebelión desde el poder que ponerse de su parte. Quien se manifieste contra alguien ha de contar hoy con que los destinatarios de la protesta van a declararse solidarios con ella. Podríamos afirmar que el poder de un sistema es completo cuando consigue introducir la negación del sistema en el sistema mismo. Nuestra sociedad le debe su flexibilidad a los críticos, que ya no ponen nada en peligro. Los medios de comunicación cuidan de la desviación, alimentan la inquietud de la sociedad, o sea, su disposición al conformismo. De este modo, cuando la subversión es la corriente dominante, el "mainstream", puede uno encontrarse con revolucionarios nadando a favor de la corriente, personas que hablan en los medios de comunicación contra los medios de comunicación, rutinas que se presentan como rupturas de la tradición, protestas que únicamente satisfacen el gozo de la indignación."

Hui tinc el cap com el temps. Crec que m'he refredat i la setmana està fent-se pesada, la qual cosa, junt amb la quotidiana lectura de la premsa i les ja habituals novetats sobre actuacions pressumptament tèrboles del nostre govern, des de la política de cooperació a l'educació sexual, m'ha inhabilitat per a tancar dignament qualsevol de les idees que tenia embastades per a postejar hui. Però tampoc m'abelleix escriure d'altra cosa, i menys que res del Nobel de literatura. Així és que he decidit que em posaré algun concert de trompeta de Telemann (tot i que potser tinc el cos més per a l'Adagio for Strings de Barber), em prendré un fernandol, i dedicaré el que queda de vesprada a rellegir el llibre de Daniel Innerarity què he recordat mentre fullejava el diari, i del qual he estret el fragment de dalt. Es diu "La Sociedad Invisible" (Espasa Calpe, 2004) i, des del meu punt de vista, exposa moltes idees interessants i provocadores sobre les que paga la pena pensar una estona. I demà, ja veurem.